Desde pequeñita me han inculcado el hábito a leer. Al principio se me hacía pesado eso de juntar letras que no entendía para qué servían, ¡ni siquiera entendía lo que estaba leyendo!. Con lo divertido que era jugar a hacer manualidades y ¡ponerme perdida!. Y ahora, encerrada en el aula leyendo, ¡qué aburrimiento!. Hoy me doy cuenta de lo importante que eso fue para mi vida, cómo al unir las letras que había aprendido en Infantil, comparando la L con un soldadito, me había enseñado una de las pasiones más bonitas de mi vida. Poco a poco fuí comprendiendo que aquello que me aburría tanto era uno de los pilares sobre los que se apoyarían todos mis conocimientos, era sólo el comienzo de uno de los instrumentos para pasar momentos inolvidables. Sólo tenía que comprender que al unir esas letras creaba un mundo de fantasía, de parajes imaginarios, apasionantes historias entrelazadas, donde lo más cotidiano se convierte en algo fuera de lo común. Éste es el por qué de que hoy le dedique este blog al jueguete que nunca me ha abandonado: EL LIBRO.
He entrado en tu blog por casualidad y me alegro de haberlo hecho, es muy interesante,
ResponderEliminargracias